Siempre crea en la simplicidad de los tonos de madera.

En el momento en que retiramos la superficie, lo que nos toca es su fuerza vital única, como una suave brisa que despeja nuestros ojos.

Encarna la naturaleza, grabado en sus propios anillos de crecimiento, y cuando nuestros dedos la tocan, sentimos su calidez única.

Cada simulación de una placa de acero es una adquisición devota en el camino de la exploración.

Lo que nuestro objetivo es presentar es ese instante de alegría.

Revelando la robustez de su textura, poco convencional, cada pieza armoniosamente diferente pero unificada.

Entonces, ¿por qué no ser audaz, quién dice que solo se favorece el delicado?

El blanco, no aficionado al alto brillo, que sea mate, ese toque de brillo es suficiente para expresar una preferencia por los colores puros.

Blanco, sinónimo de elegancia, limpieza y frescura, no podemos soportar verlo reunir polvo, siempre limpiándolo suavemente, sorprendido por la pelusa que aterriza en su superficie.

La belleza es un toque para el alma, alcanza la suavidad interna.

Y debido a esta suavidad interna, lo aceptamos todo, incluso las marcas, imbuyendo con el significado del toque humano.

Todos conocen la belleza como belleza, por lo que se conoce la fealdad.

Cuando el blanco suave se encuentra con el grano de madera resistente, surge una tranquilidad inesperada.

Zen, es la iluminación.

Sin embargo, Zen es una contemplación externalizada.

Altas montañas y aguas que fluyen, vemos la naturaleza, pero escuchamos nuestro estado mental.

Nunca pensé que esta leve alegría fluiría como el sonido del agua de balbuceo.

Inconscientemente, estoy completamente encantado ...